
Tiempo: 30 min.
Dificultad: Fácil.
Me encantan las quiches, se pueden hacer de infinidad de maneras, más adelante publicaré una de verduras que os dejará locos, pero ahora vamos con la más rápida y típica. La vamos a rellenar de bacon, champiñones y queso. Los champiñones se los he añadido porque tenía que gastar los que tenía en la nevera, pero si no os gustan u os apetece solo con bacon, pues no pasa nada.
Los ingredientes que necesitaréis están justo aquí abajo.
- Una lámina de masa quebrada
- 2 huevos
- 250 ml nata líquida
- 240 gr bacon
- 150 gr champiñones laminados
- Queso rallado
- Sal
- Pimienta
- Nuez moscada
Lo primero que tenemos que hacer es lavar bien los champiñones, ya que siempre pueden quedar restos de tierra. Los podemos cortar en trocitos pequeños o dejarlos laminados. En una sartén, con un chorrito de aceite, los ponemos a cocinar. Una vez que comiencen a ponerse dorados, agregamos el bacon. Salpimentamos generosamente.
Por otro lado, en un molde extendemos la masa quebrada cubriéndolo por completo con ayuda de los dedos, para que quede bien sujeta la masa al molde. Más abajo tenéis una fotografía del molde que yo he utilizado para que veáis más o menos las dimensiones que ha de tener. Para que nos resulte más fácil colocar la masa sin que se rompa, podremos agrandarla con ayuda de un rodillo.
En un bol batimos los huevos y los mezclamos con la nata, removiendo bien. Añadimos un poco de nuez moscada. Y a continuación, echamos los champiñones y el bacon dentro del bol. Esparcimos el queso rallado, un poco a gusto del consumidor. Yo le suelo echar un buen puñado, ya que soy adicta al queso. Si queréis. O seguir un sabor más fuerte, le podéis añadir un queso azul, un brie o el que os apetezca.
Volcamos toda la mezcla dentro del hojaldre. No os preocupéis si veis que hay muy poco líquido. Cuando esté en el horno comenzará a subir. Y de nuevo añadimos queso rallado por encima de toda la mezcla líquida, ya que éste será el que quedará dorado y nos dará la pista de cuándo está lista la quiche.
Con el horno previamente precalentado a 200 grados, metemos nuestro molde y esperamos alrededor de 20-25 min, dependiendo del horno. Como os he dicho, un buen truco es vigilar el queso que hay por encima, ya que cuando esté dorado, estará lista la quiche.
La sacamos con cuidado y la cubrimos con un paño para que no baje, hasta que vaya enfriando. Veréis que pasada una hora, la parte de arriba se habrá endurecido.
Y listo ! Ya tenemos otra estupenda receta para preparar en menos de una hora y que nos servirá como aperitivo, merienda o cena.
Hasta pronto.
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