Tiempo: 15 min.
Dificultad: Fácil
Vamos a tirar por la vía fácil, y lo primero que tendremos que hacer es ir a un supermercado a comprar un pulpo ya cocido. Lo venden en multitud de pescaderías de los supermercados o en los mercados. Podéis comprarlo entero o podéis pedir que os corten unas patas, aunque en ciertos sitios te obligan a llevarlo entero.
Además del pulpo, deberéis comprar también los siguientes ingredientes:
- Ajo
- Perejil fresco
- Aceite de oliva
- Sal gorda
Como veréis, no tiene mucha complicación, y económicamente no está nada mal tampoco.
Pues bien, una vez que ya estamos en casa, lo primero que haremos será preparar la salsita con la que vamos a rociar al pulpo. En un mortero, o en su defecto un cuenco o vaso, echamos el ajo junto con el perejil, ambos muy bien cortados. Añadimos aceite de oliva, normalmente alrededor de dos o tres cucharadas, y machacamos todo con la ayuda de algún utensilio o cubierto. La idea es crear la salsa verde tan típica de los bares.
Dejamos reposar el aliño, y mientras preparamos el pulpo. Yo lo he cortado en cachitos no muy grandes, y las patas las he partido por el medio en vertical. Con unas gotitas de aceite, cocinamos el pulpo durante unos minutos en una plancha o sartén. Cuando ya esté doradito, le añadimos por encima la salsa de perejil y ajo, y a continuación un poco de sal gorda.
Ay que ver lo que me enrollo para algo tan simple ! Prometo ser más escueta en la próxima receta, que ya sé que os va a ENCANTAR !
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